domingo, 3 de abril de 2011

Recuerdame (Parte IV)

- Eres imbécil.- me dijo Samu

- Es la quinta vez que me lo dices hoy, pero no me gusta ¿Qué querías que hiciera?

- No darle esperanzas. ¿A qué venía lo de cogerle de la mano en el cine?

- Sinceramente no lo sé, fue un impulso sin más.

-Eres más cariñoso con ella que con el resto de las chicas que conocemos ¿Estás seguro de que no es algo más que una amiga para ti?

-Es más que una amiga, es mi mejor amiga, pero no pasa de ahí, estoy seguro.

- Quizás estás enamorado y aun no te has dado cuenta Javi.

- ¿Enamorado? ¿Yo? Anda no digas chorradas

- Piénsalo Javi, quizás tengas sentimientos que aún no has descubierto

- Samu, estás sonando demasiado ñoño, déjame, no estoy enamorado ¿vale? Las chicas me resbalan y lo sabes.

- Bah, lo que tu digas, estoy harto de discutir, buenas noches.- y diciendo esto se dio media vuelta y se acomodó en la cama. Estábamos en mi casa, era Domingo, Samu había estado todo el fin de semana recriminándome lo que había hecho e insistiendo en que yo estaba enamorado de Sara y no lo sabía, menuda chorrada, yo no estaba enamorado ¿o sí? La verdad es que no sabía lo que era estar enamorado, en mis 15 años de vida nunca había estado con ninguna chica y tampoco había sentido nada por ninguna, además… Sara tenía un año más que yo, ¡Lo que Samu planteaba era una locura! Me incorporé y apagué la luz. Lo mejor sería discutirlo con la almohada.

“Bip-Bip” resonó en la habitación. Era el móvil de Samu. Este se incorporó, leyó el mensaje y después me tiró el móvil en el regazo.

-Léelo

- “¿A qué hora llegas mañana? Tenemos que hablar, es sobre Sara, le ha olvidado”.- leí en voz alta.- ¿y? Me ha olvidado, eso es bueno ¿no?

- Javi, cuando quieras darte cuenta de que estás enamorado, ya será tarde.

Volvimos a acostarnos, no dormí bien, soñé con Sara, estábamos en un bar charlando, y de repente, ella se levantaba y sin dar explicaciones se iba, y a mi se me partía el corazón, y yo corría detrás de ella suplicándole que volviera, que no podía vivir sin ella, pero Sara, se limitaba a responder: “Ya es demasiado tarde” y en ese momento tropezaba, y ella continuaba yéndose, y yo comenzaba a llorar, porque sentía que al irse, una parte de mi se había ido con ella.

Desperté a las cuatro de la mañana con la sábana enredad entre los pies y sudando. Zarandeé a Samu hasta despertarlo y le abracé, le abracé como nunca antes había abrazado a alguien, y estaba llorando, no podía evitarlo, y él, a pesar de estar medio dormido entendió, sonrió y correspondió a mi abrazo diciendo:

- Bien, más vale tarde que nunca.

Quedamos en que me iba a pasar la semana a su casa y cogimos el bus a las 12 de la mañana, yo estaba feliz porque iba a ver a Sara y le iba a declarar mis sentimientos hacia ella, iba a aclararlo todo de una vez y las cosas volverían a la normalidad.
Samu les había dicho cuando llegaríamos y las encontramos en un banco en la puerta de la estación hablando con otro chico, bueno, rectifico; Sara estaba hablando con otro chico. Irene nos saludó y se llevó a Samu para hablar con él. Sara no se había dado cuenta de que estaba allí, pero yo no podía dejar de mirarla.

Sentí de pronto un pinchazo en el estómago y notaba que estaba empezando a ponerme de mal humor y lo único que alcanzaba a pensar era: ¿quién es el chico con el que habla? Al no haber estado nunca enamorado no había tenido nunca esa sensación, pero sabía lo que significaba, estaba celoso. Tenía que interrumpir esa conversación como fuese, asique rodeé el banco le tape los ojos a Sara y exclamé:

- ¿Quién soy?

El problema fue que no me esperaba semejante respuesta…

- Eso es lo que me gustaría saber. ¿Quién demonios eres tu?

No hay comentarios:

Publicar un comentario