jueves, 16 de abril de 2015

Ella solo quería ser feliz

Ella sólo quería ser feliz, pero la vida le enseñó también a ser fuerte.
Todos le decían que la vida es un "sálvese quien pueda".
Ella decidió hacer de su vida un "salva a quien puedas".
No sabia decir que no.
Allí donde alguien sufría ella estaba.
Allí donde alguien lloraba ella consolaba.
Allí donde alguien necesitaba hablar ella escuchaba.
Pero ella no lloraba, pero ella no hablaba.
La vida le había enseñado que había que ser fuerte,  pero su deseo interno de ser feliz, no lo manifestaba en ella, si no hacia los demás, ella sería la fuerte, los demás, los felices.

Ella se acostumbró a ser quien está ahí para todos, sin pararse a pensar siquiera en que ella también necesitaba alguien en quien apoyarse.
Muchos fueron los que dijeron que se quedarían a su lado.
Todos le fallaron.
Ella se acostumbró a la idea de que estaba sola.
Sola contra el mundo.
¿Qué importaba?
La vida le había enseñado a ser fuerte.

Un día se cruzó alguien en su camino.
Alguien que sólo quería ser feliz, pero que la vida le había enseñado también a ser fuerte.
Alguien que anteponía la felicidad ajena a la propia.
Alguien como ella...
¿Permanecería?
¿Sería el apoyo para ella que ella había sido para el resto?
Y quizás, sólo quizás... ¿Podría ser capaz de quitar la coraza del ser fuerte?
¿Debería mostrar siempre la cara más límpida y pura, o estaría ahí hasta para soportar los peores dias, y las manchas que la vida deja y que buscaba esconder del resto?

Y por primera vez de verdad, ella pensó que quizás delante de esa persona no merecía la pena ser siempre la fuerte.
Que podrían levantarse mutuamente al caer,
o incluso,
caer juntas, para levantarse juntas.

Y por primera vez de verdad, sintió que podía ser ella misma.
Sintió que quizás podría volver a su deseo más intimo,
y dejar el resto del peso compartido.

Porque ella, ella...sólo quería ser feliz.

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