miércoles, 14 de septiembre de 2011

Vuelta a la Rutina: Primer Tropiezo

Y aqui estamos otra vez, de vuelta a la rutina, esta vez para enfrentarse a bachiller y a un año academico lleno de cosas interesantes, cosas que nos sorprendeán, cosas que nos molestarán, cosas que nos harán felices, tropiezos, alegrias, tristezas, sonrisas, va a haber de todo, eso sin duda.

Cuando empezó septiembre tres cosas me vinieron a la cabeza, y las tres eran buenas: Tenia que empezar de nuevo a escribir en el blog, empezaría de un momento a otro en un instituto nuevo y volveria a entrenar.

Esas tres cosas hacian que mi septiembre no fuera tan deprimente como el de otras personas, pero, cómo no, no todo ha sido tan bueno como pintaba, por diferentes motivos no he podido escribir hasta ahora en el blog, (pero no os preocupeis que tengo otra historia entre manos) cuanto mas se acerca el dia de empezar el nuevo instituto más nerviosa me pongo, y para finalizar esa genial caida de bruces contra el suelo, la directiva del club ha decidido que este año no va a haber equipo femenino de baloncesto...

He oido decir que todo lo bueno se acaba pero... ¿Tan rápido? Un año en el que descubrí que hay un deporte que me encanta, en el que no soy una patosa y del que siempre quiero saber más, un año en el que he conocido gente maravillosa:
A mi rubia camomila, que tiene su propio mundo de ponis y esa cualidad para estar siempre sonriendo y feliz.
A mi loki, pequeña pero matona, genial para escuchar y mejor aún como amiga, y su capacidad para hacer que un entrenamiento aburrido, solo con un MAAADRE de por medio, fuera uno de los mejores entrenamientos, y conseguia sacarnos a todos una sonrisa.
Esa genial entrenadora, que aunque no siempre le dabamos lo que nos exigía se armaba de paciencia (que mucha hace falta para estar con nosotras) y continuaba a entrenarnos, siempre bajo alguna pequeña amenaza de 50 abdominales para que no nos durmieramos en los laureles, amenaza, si, pero que te encantaba oirlo en cada entrenamiento, era una frase que si faltaba, no era lo mismo.
Y por supuesto mi chas, quizás la que más tuvo que soportar ese año, desahogos en el bus de camino a entrenar, risas en el vestuario, mis malos genios, mis enfados sin motivo, mis dias malos, en los que, ella no se apartaba como habría hecho cualquier persona, sino que se acercaba más a mi e intentaba sacarme una sonrisa para mejorar mi día.
A ellas, sin las que ese año, habría sido otro más, pero que por el contrario, ha sido el mejor año que he podido pasar. A ellas, y a quienes hicieron posible que ese año fuera el mejor, GRACIAS.

Y ahora, solo quedar mirar con la cabeza bien alta hacia delante, e intentar que este año, sea tan bueno como el anterior.

No hay comentarios:

Publicar un comentario