lunes, 11 de abril de 2016

Como hermanas

Hoy me han dicho que las hermanas son la perfecta relación amor odio.

Tienen tanto amor la una por la otra, como ganas de estrangularse el pescuezo.

Me ha dado qué pensar, porque es cierto.

Con una hermana puedes reírte de todas las payasadas que quieras, puede, también, que le digas borderías, porque ella sabrá que jamás serán con intención de hacer daño, sabe que siempre hay algún motivo de trasfondo.

Con una hermana puedes hablar de otra persona, de quien te gusta, de a quien no soportas, de aquel que hoy no te trató bien, pero puede ser, que también hables con ella de ella misma, que quieras decirle aquello que hace que no te parece bien, muy seguramente acabareis discutiendo, pero en el fondo, ella sabe que sólo lo dices para ayudarla a ser mejor persona.

Con una hermana puedes desahogarte de los problemas que más te duelen, porque sabes que siempre dejará de hacer lo que sea que esté haciendo para escucharte, y en cambio, habrá días que no quieras ni mirarla a los ojos, ni dirigirle la palabra, por el único motivo de que te da miedo, de que sabes que si te mira, verá reflejado en tus ojos ese dolor que no quieres mostrar, ese dolor que estás intentando esconder para mantenerte digna ante el día a día.

Porque una hermana te rompe con la mirada, y hay veces, que no quieres caerte a pedazos en un momento determinado.

Pero igual que una hermana te rompe con la mirada, también te recompone con una caricia.

Con una hermana sabes dónde tocar para que duela, por eso un enfado con una hermana es tan doloroso, porque siempre sabe dónde hay que tocar para herir, pero de igual manera, una hermana también sabe dónde tocar para reconstruir, sabe sustituir la dureza por la calma cuando la cosa se pone fea. Porque una hermana nunca busca herir.

Una hermana puede ser impulsiva, puede tener la lengua muy afilada, pero nunca busca herirte de verdad.

Porque lo peor que puede pasarte, es sentir que estás perdiendo a tu hermana, pararte a pensar en que todo lo que has vivido con ella desaparezca por una cosa, que, en comparación, es minúscula, por muy grande que haya sido la bronca.

Con una hermana puedes pasarte semanas sin hablarte, pero será la primera que esté ahí cuando la necesites.

Una hermana puede alejarse de ti todo lo que quieras, pero nunca saldrá de tu vida, porque forma parte de ella.

Por eso a una hermana nunca la olvidas, y nunca la echas de menos, porque no se puede extrañar a quien no se va, ni olvidar a quien se queda.

Y quizás por temas del destino, esa frase hoy ha acabado en mis oídos.

Y me ha dado en qué pensar.

Y he sonreído, una media sonrisa, una de esas que expresan una alegría amarga.

Por que es cierto, las hermanas son la perfecta relación amor odio.

Y si no entiendes esto...debes de ser hija única ;)

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